martes, 27 de septiembre de 2011

caza nocturna

a dónde vamos todo el tiempo con las armas éstas noches,
qué tipo de animales feroces podremos cazar en Muñiz,
sucias ratas
o perros, si, Muñiz se ha llenado de perros del hambre.

vos traés tu machete de confianza, yo una escopeta doble cañón
que parece de la primera guerra.

cuando matamos por equivocación,
cuando asesinamos humanos porque se me escapa un tiro o a vos un machetazo
hacemos como los pescadores del hobby más puro devolviendo el pescado al río, lastimado.
los lanzamos de nuevo sobre la vereda con un empujoncito que los ayuda a reencontrarse
con el aire espeso del barrio a seguir sus vidas luego del accidente.

los gatos son otra historia,
alguna vez fuimos dos perros enamorados persiguiéndolos de puro instinto
no perdemos ahora tiempo con ellos
que son tan flacos y blandos y tan severos con sus tareas cotidianas
¿cómo matar a un ser así?
vos con tu machete podrías degollar alguno
y luego observar su cuerpo alejado de su cabeza, despidiendo cosas internas,
un feliz asesinato definitivo,
llegarían las moscas,
 pero ya habríamos marchado, siniestros, enamorados, arrepentidos.

nadie sospecha de lo que hacemos, ni nosotros mismos,
no hacemos nada,
siempre regresamos con la sed intacta de matar,
con el asesinato pendiente y dejamos las armas en el tacho de los paragüas
que se transforman en paragüas al instante para nuestras lluvias de abril o mayo.

alguien nos lanza con un empujón a nadarnos nuestro río nuevamente
lastimadas nuestras bocas,
el río que ya no es el mismo que era una casa,
que ya no es otro que el recuerdo de la superficie, el dolor del anzuelo
y la obligación de volver de la caza a la vida por preservarnos
nadando así con nuestro recuerdo de asesinos sin asesinato
de peces medio asesinados
que ven lluvias desde los fondos del río que chapotean arriba y se enmudecen abajo

así son las lluvias por Muñiz, nuestro río,
que cuando llueve, enmudece,
se llena de mensajes filosos,
entonces hay una sensación tan extraña de estar asesinando y ser la víctima
si es que se mira bien por las ventanas,
y algo te devuelve, te preserva para seguir
otros días precisos
como entre medio de la vida y eso otro que viene.



tomás

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